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Proyecciones de las principales entidades bancarias
para el escenario económico del 2010
Las entidades bancarias de Wall Street, dicen que la situación de la Argentina dista de ser traumática. Para ellos, no habrá default de la deuda en el corto y mediano plazo, pero que hay que cuidarse que los simbronazos económicos pueden estar a la orden del día. Las entidades bancarias estadounidenses envian este informe a sus clientes, la gran mayoría de los cuales sigue sus análisis para invertir en los mercados o bien, particularmente en esta época del año, para decidir el plan de negocios para el próximo 2010. Los informes de los principales analistas de Merrill Lynch, Goldman Sachs, Citi, Barclays y Deutsche, entre otros, aseguran que el país podrá sortear la cantidad de temas pendientes sin caer en otro 2001/2002. Muchos de ellos aconsejan a sus asesorados no invertir, o bien “desinvertir”, en títulos de la deuda argentina. Es que, si bien el fantasma de la debacle de 2001-2 todavía está lejos, el gran tema de discusión ya es el mismo: la situación fiscal. El dólar, que en un momento despertó un sinfín de incógnitas con respecto a una megadevaluación (muchos arriesgaban sin dudar hasta hace dos meses que el tipo de cambio cerraría el año arriba de los $ 4,30) dejó de estar en el centro de discusión aun cuando fue el incesante incremento del gasto lo que despertó la vieja idea de licuar pasivos permitiendo una devaluación de la moneda. En su lugar, en cambio, el tema de moda entre los operadores de la Gran Manzana es la pobreza de las cuentas públicas. Los rumores en torno a la vuelta de las cuasimonedas, el deterioro de las cuentas de las provincias y municipios, ganan la tapa de los informes sobre la Argentina que, síntoma del interés que despierta en el exterior, son cada vez menos. También quedó en segundo plano el desplome de los bonos. El riesgo país bajó de los 1.000 puntos básicos a la par de la recuperación de los activos de riesgo. ¿Buena noticia? No tanto. Es que, aún así, todos en Wall Street aseguran que el país no tiene chances de volver a los mercados voluntarios de deuda. Al menos no hasta que solucionen la situación de los holdouts y el Club de París, dos hitos que, intuyen, serán difíciles de marcar en dos años, muchos más de ni siquiera hablar del tema. Es más, las últimas recomendaciones de Barclays Capital y Deutsche Bank, dos de las tres entidades que asesoran al Gobierno para formular una oferta a los bonistas que aún tienen títulos en default, a sus clientes indican “vender” títulos argentinos en cartera. Apostar por la deuda local es, en esencia, una estrategia meramente especulativa. Así, en Wall Street creen que el país tendrá una leve caída en términos de Producto Bruto Interno (PBI) este año para ir recuperando terreno en 2010. Esto está en sintonía con la esperanza de que Estados Unidos y los países desarrollados saldrán de la recesión el año próximo. El dólar, por caso, llegaría a $ 4-$ 4,10 al cierre del 2009. Esto también se percibe en los contratos de dólar a futuro que se negocian en Nueva York: los Non Delivery Forwards (donde no interviene el BCRA como sí hace en el Rofex y en el MAE). Los precios a futuro de la divisa, donde operan los grandes bancos y fondos de inversión, muestran una considerable caída del riesgo a una devaluación. En este caso, la menor fuga de capitales y el accionar del Banco Central a cargo de Martín Redrado (frenando la suba del tipo de cambio a partir del 29 de junio post electoral) fue la clave. Incluso, el Citi que fue una de las entidades que venía “apostando” a una fuerte devaluación de la moneda local en los últimos meses (por lejos, el más agorero de Wall Street), redujo su pronóstico: ahora ve al dólar en $ 4,16 en 2009 y 4,68 en 2010.
PRONÓSTICOS. Para Goldman Sachs, uno de los bancos que mejor salió parado de la crisis subprime, “el Gobierno perdió parte de su importante capital político en las elecciones del 28 de junio. La clave para el 2009 y 2010 es mantener la situación fiscal a pesar de los pagos de deuda. La nacionalización de las AFJP proveerá al Gobierno un ingreso extra, pero debilitó la confianza de los mercados”. Según calculan, el PBI se contraerá 0,9% este año, y la inflación se mantendrá moderadamente elevada (para un país en recesión). “Los riesgos económicos y financieros están latentes mientras que se continúa deteriorando la confianza y el nivel de actividad se mantiene débil”, consideran en Goldman Sachs. En el caso de Merrill Lynch, que fue adquirida por Bank of America tras la crisis financiera mundial, son más optimistas. La actividad económica de la Argentina subirá 1,6% en 2009 y 2,2% en 2010, mientras que la inflación será del 6% este año y el próximo (calculan el IPC de Guillermo Moreno, no las estimaciones privadas). El dólar, por su parte, cerraría en $ 4 a fin de 2009. “El desarrollo del ambiente político actual expone preocupación en el modelo económico. Un deterioro de las condiciones externas pueden producir episodios desestabilizadores. La economía está viéndose afectada por la debilidad del consumo y la inversión. El ruido político, inflación y los desequilibrios de las políticas, retrasarán la recuperación de la economía”, consigna Merrill Lynch. Para el Citi, bajo la firma de su economista jefe Alberto Ramos, “el Gobierno aparece sin voluntad de realizar cambios significativos”. “Hicieron inconsistentes cambios de gabinete después de las elecciones, y Néstor Kirchner continúa manejando las decisiones políticas. Pero podrían aparecer temas a resolver: si la oposición se fortalece y el aumento de la tasa desempleo se torna intolerante para la población”. El Citi cree que la oposición tratará de tomar más poder y el manejo de los impuestos que ahora hace el Gobierno. La idea es que el recambio de Congreso podría dinamitar la utilización indiscriminada de la caja que vienen haciendo los Kirchner en los últimos años. Un Gobierno con menor poder, y más controlado por la oposición, podría forzar leyes que terminen limitando el poder de acción oficial. Quizás, la estatización del fútbol haya sido la última aventura de Néstor y Cristina Kirchner, les advierte a sus clientes.
RECOMENDACIÓN. Tanto Barclays como Deutsche Bank salieron en las últimas horas a recomendar vender bonos argentinos. En el caso del primero, dicen que “recientes noticias desde el plano fiscal y el paro del campo suman incertidumbre al país. Por eso recomendamos deshacer la estrategia que habíamos señalado en agosto sobre comprar Bonar 11 de Argentina. Preferimos tomar ganancias ante este escenario”. Barclays venía recomendado “arbitrar” el Bonar 11 contra el Boden 2012 (el título en dólares más negociado de la Argentina) para apostar a una recuperación mucho más vigorosa del primero. Claro, los títulos estaban ganando hasta 80% este año desde una caída de 60% en 2008. En el año, los bonos locales son los cuartos de mejor performance entre los mercados emergentes. “Las dificultades fiscales de las provincias y municipios revivirán la discusión en torno a la coparticipación. Pero la Argentina pasará este temporal. Con buenas y malas noticias, y con un mayor desafío fiscal quizás forzará al Gobierno al producir los ajustes necesarios”, dice Barclays en su último comentario sobre el país. El Deutsche Bank también salió a recomendar vender renta fija argentina. Bajó la clasificación a “neutral” desde “sobreponderar” esta semana. El consejo es equivalente a una baja de la nota por parte de alguna calificadora de riesgo. “Los bonos argentinos tienen incorporado un riesgo a la ‘decepción’ bastante importante que habría que evaluar”, dice Marc Balston del Deutsche. Desde el Citi, que venía recomendando los bonos Par en dólares, ahora sostienen que “esperamos importantes noticias negativas desde el punto de vista fiscal. Desde el punto de vista del mercado, que estaba optimista con los bonos argentinos, esto hará que se encuentren oportunidades a precios más bajos en las próximas semanas”. O sea, no son pesimistas, sólo esperan un ajuste para comprar a precios más bajos en el futuro. Alberto Bernal León, que fue jefe de mercados emergentes de Bear Stearns (un banco que desapareció por la crisis financiera) dice que hay valor en los cupones atados al PBI de la Argentina en dólares. Ahora, desde Bulltick Capital Markets, señalan que a pesar de haber subido más de 100% desde mínimos, y que probablemente por la caída del PBI no se produzcan pagos extras el próximo año, “tienen un upside interesante” apoyados en los canjes de deuda con CER que está realizando el Gobierno. Este tipo de operaciones, para Wall Street, tiene una sólo lectura: quitar la discusión en torno a la manipulación del Indec retirando los bonos con CER en lugar de publicar los datos ciertos. Perpetúa, entonces, la poca claridad de las estadísticas en la Argentina.
ACREEDORES. Por otro lado, los bancos de Wall Street están analizando los distintos rumores en torno a un arreglo con el FMI y la apertura de una oferta para los holdouts. Obviamente, la primera alternativa caería muy bien en el circuito financiero, mientras que el arreglo con los acreedores que no ingresaron al canje de 2005 trae más dudas que certezas. Siobhan Morden, la especialista de bonos latinoamericanos de Royal Bank of Scotland (ex ABN AMRO), dice que no recomienda aceptar una nueva propuesta del Gobierno por los holdouts. Calcula, en base a los trascendidos, que los títulos que otorgará el Ejecutivo tendrían un valor actual de 30-35 centavos de dólar por cada 1 dólar. Como los bonos defaulteados valen hoy en el mercado alrededor de 20-25 centavos, no “habría incentivo para aceptar una oferta” porque el “premio” sería mezquino. La misma entidad calcula que el Gobierno tiene u$s 37.000 millones en “capacidad prestable” distribuidos entre tres organismos a los cuales puede solicitar dinero: ANSES, Banco Nación y Banco Central. Esa idea de fondo indica que el Gobierno no tiene, en realidad, tantas necesidades de financiamiento. Por lo tanto, los inversores no deberían aceptar quitas sustancialmente importantes de un país que tiene capacidad para conseguir fondos y hacer frente a los pagos de deuda.
SIN CAMBIOS DE FONDO. Para el Credit Suisse, donde trabaja Carola Sandy (la jefe de mercados emergentes), no hay muchas expectativas de que el Gobierno produzca demasiados cambios. La vuelta a los mercados de deuda, algo que se cree necesario para el 2010, tendrá que estar acompañado de políticas que le den previsibilidad a los inversores. Para Wall Street, que en un momento especuló con un default de la deuda como en el 2001, la Argentina tendría chances de esquivar un escenario traumático en los próximos años. La recuperación económica, atada a la mejor evolución de los países desarrollados, puede traer el “viento de cola” que sopló durante gran parte del mandato K. Así y todo, dicen, es improbable que el país se quite el rótulo de ser “impredecible”. El riesgo país, a pesar de que bajó, sigue siendo más alto que el de Venezuela o Ucrania. Los rendimientos de los títulos, que superan el 20% en dólares hablan de inconsistencia económica. Descartan, además, que puede llegar a financiarse a tasas similares a Brasil (del 6,5% en su última colocación de deuda). Un programa con el FMI, que despeje dudas en términos de los fondos necesarios para afrontar los pagos de deuda, sería “crucial”, según los mismos operadores. “El acuerdo con el FMI es barato en todos los sentidos. Incluso, pueden tener un programa y nunca ponerlo en práctica. Simplemente tener en carpeta que podés activarlo en cualquier momento calmaría a los mercados que creen posible una situación de stress por la caída de la recaudación. Pero, creo, es posible que si repunta el mundo, Kirchner llegue mejor de lo que se piensa al 2011. Hay altas chances de que, a pesar de todo, en dos años entregue el mandato con una economía creciendo a tasas importantes”, reseñó el alto ejecutivo de importante banco extranjero.
Fuente: Fortune Magazine.
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