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Confederaciones Rurales Argentinas
presentó un estudio sobre las pérdidas que afectó
la política del gobierno argentino y la sequía
En el marco del Ciclo de Presentaciones organizada por el Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos, el Vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Néstor Eduardo Roulet presentó un estudio sobre las pérdidas en la producción de alimentos efecto de la mala política del Gobierno nacional y la sequía. En el mismo trabajo, Roulet afirma que "dejaron de producirse alimentos para cubrir las necesidades básicas anuales de 123 millones de personas".
A continuación, transcribimos el estudio completo:
1. Introducción: En el ciclo agropecuario 2008/09 la Argentina dejó de producir una gran cantidad de alimentos por causa de dos factores fundamentales: Sequía y desaliento productivo derivado de las malas políticas implementadas por el Gobierno Nacional. La falta de reglas de juego claras (Cierres y apertura de exportaciones, cuotificaciones, precios de referencias, ROE Rojo, ROE verde, etc.) redujo drásticamente las inversiones, lo que se tradujo en una menor área sembrada -de trigo, maíz, maíz para silo, pasturas- menor uso de insumos de tecnología -fertilizantes, herbicidas, insecticidas, etc.- y una menor producción unitaria al resentirse la sustentabilidad técnica del sistema. Este último efecto -que generalmente se manifiesta en el mediano y el largo plazo pero a causa de medidas coyunturales- se produce al suspender la rotación agrícola-ganadera (esta política de Estado prácticamente expulsa a las vacas del campo) y en el sistema agrícola, al desalentar las rotaciones -entre gramíneas y leguminosas- y al reducir el nivel de restitución de nutrientes. Las actuales intervenciones corto-placistas del Gobierno tienen sus efectos en la producción de alimentos en el mediano y largo plazo, ya que expulsan las vacas del campo , castigan al que siembra maíz y trigo -gramíneas- por lo que año a año estos cultivos participan cada vez menos en el total de la siembra e impiden -por los altos costos y bajos ingresos- reponer el total de los nutrientes. Todo este cóctel trae como consecuencia una menor producción de alimentos. En este trabajo, evaluaremos el tema y transformaremos los resultados en las raciones calóricas anuales que se perdieron como consecuencia directa de esta menor producción.
2. Metodología: Si al promedio del valor energético mundial calculado por la FAO de 1874 Kcal./pers./día le agregamos un 10 % para asegurar las necesidades básica del cuerpo, tendríamos una necesidad diaria de 2.100 Kcal./día/persona. Dicha necesidad calórica coincide con la del Programa Mundial de Alimentos (PMA), cuya ración típica alimenticia -en situaciones en que no hay otro tipo de alimentos disponibles- es de más de medio kilo por persona por día (o sea, 2.100 kilocalorías). Esto suma 15 kilos de raciones por mes o 182.5 kilos por año. Para hacer una evaluación ajustada, convertiremos a los alimentos que se dejaron de producir en el país (carne vacuna, trigo, maíz y soja) en raciones calóricas diarias y según la necesidad anual por personas obtendremos las raciones calóricas anuales que dejó de producir el país.
En este cálculo tendremos en cuenta que un kilogramo de carne -res s/hueso- tiene 2.400 Kcal. y que los granos -una vez convertidos en Materia Seca (MS)- tienen: el trigo 3.390 Kcal., el maíz 3.150 Kcal. y la soja 3.400 Kcal. Por lo que un kilogramo de carne -res s/hueso- origina 1,14 raciones calóricas diarias, un kilogramo de trigo (base MS) 1,61 raciones calóricas diarias, un kilogramo de maíz (base MS) 1,50 raciones calóricas diarias y un kilogramo de soja (base MS) 1,62 raciones calóricas diarias.
3. Análisis:
a. Carne vacuna: En trabajos anteriores hemos explicado cómo, mediante el cierre de las exportaciones y el pago de las compensaciones a feed lots, el Gobierno desalentó la producción del novillo pesado y alentó la del novillo liviano. Esta acción hizo que se dejaran de producir 153.000.000 Kg. de carne de la categoría machos. La menor producción de carne de la categoría machos en el país tuvo que ser compensada con una mayor faena de hembras, sobre todo de vaquillonas y terneras – futuras madres - que trajo como consecuencia una disminución en la reposición de vacas viejas, provocando una mengua en el stock de madres del país. La disminución de madres sumada a la sequía, que produjo un menor porcentaje de destete, hacen que en el país haya una menor cantidad de terneros. La cantidad de carne que se pierde por no poder engordar a esos terneros es de 640.000.000 Kg. La sumatoria de la pérdida de producción de carne por menor producción de la categoría macho y por la menor producción de carne por un menor destete es de 618 millones de Kilogramos, convertida en res s/hueso.
b. Agricultura: Tenemos en cuenta solo los tres cultivos más importantes del país como son el trigo, el maíz y la soja.
c. Pérdida de raciones diarias: Si transformamos la pérdida de producción de alimentos en Argentina en el período 2008/09 en Kcal. (Cuadro 8), podremos calcular, teniendo en cuenta las 2.100 Kcal/día que requiere como mínimo una persona, el total de raciones diarias que se perdieron por esta menor producción.
4. Conclusión: Teniendo en cuenta una ración calórica diaria de 2.100 Kcal. por persona y calculando el total de kilocalorías que dejó de producir en el período 2008/08 la Argentina Cuadro 9) por la baja en la producción de alimentos -por la mala política del Gobierno y sequía- el país dejó de producir el alimento anual de 123 millones de personas.
5. Para reflexionar: Alimentación y pobreza en el mundo: 852 millones de personas pasan hambre. El Papa Benedicto XVI, en el mes de octubre de 2007, en su mensaje a la FAO con motivo del Día Mundial de la Alimentación, denuncia que estas realidades “están entre los más graves escándalos que todavía deterioran la existencia de la familia humana”. Coincidiendo con la reunión que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el Pontífice recuerda a los millones de personas privadas de lo mínimo para subsistir y así se lo transmite al Secretario General del Organismo Alimentario, Jacques Diouf. Para el Santo Padre, la carestía no depende sólo de condiciones geográficas o climáticas sino que “está provocada también por el propio hombre y su egoísmo, lo que se traduce en carencias en la organización social, en la rigidez de las estructuras económicas, que son vistas demasiadas veces sólo bajo el prisma del provecho y, en la práctica, contra la vida humana”.
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